El uso de la violencia entre los miembros de una familia, o entre personas que conviven en la misma casa, es desafortunadamente muy frecuente. Son muchísimas las personas que recurren a la violencia para imponer sus puntos de vista, para expresar sus opiniones y necesidades o para ejercer control sobre otras personas, causando daños, a veces irreparables, a quienes tienen que soportarla. Debido al frecuente uso de la violencia y a sus graves implicaciones, PROFAMILIA ha querido que las personas que sufren por las conductas violentas de quienes comparten sus hogares, tengan información sobre las distintas manifestaciones que puede tener la violencia, sus consecuencias y las posibilidades que existen en la legislación colombiana para enfrentarla. Es muy importante tener en cuenta que todos los actos de violencia, ya sean físicos, verbales, sexuales o psicológicos, sucedidos en la familia o fuera de ella, son violaciones a los derechos humanos fundamentales de las personas que los sufren, y por lo tanto no deben ser tolerados bajo ninguna circunstancia. Ejercer violencia en contra de cualquier persona es un delito que puede ser castigado por la ley.

Ninguna relación humana:

de parentesco, de afecto, económica, o de cualquier otra naturaleza, justifica las conductas violentas