Colombia vive una aguda crisis política al finalizar el siglo XX. La peor de su historia, afirma la convergencia de la derecha liberal-conservadora, empresarial y terrateniente que ha querido tumbar al Presidente Ernesto Samper, recurriendo incluso, a la intervención norteamericana. Igual se ha dicho en el pasado, hace 25, 50, 90 o 100 años. En cada momento de graves dificultades políticas internas, un fenómeno no sólo frecuente sino constante en la historia social y política colombiana, siempre se dice: "Esta es la más grave crisis en la vida de la República". Colombia es un país en el que hay muy bajos niveles de formación cultural y técnica en las grandes masas medias y pobres urbanas y rurales, con hondas desigualdadades y desequilibrios ante una modernización acelerada y desordena que sólo llega a una parte reducida de la población. La concentración del ingreso y del poder económico y política, además del hecho moderno de control y manipulación antidemocrática de los medios masivos de comunicación, pese a evidentes pero discontinuos esfuerzos para modificar esta situación, amenazan la seguridad misma de la tradicional democracia política colombiana. En la crisis política 1995-1996 está, como componente esencial el proyecto neoliberal o neoconservador, autoritario, inmerso en la ideología de la nueva ola republicana y derechista del presidente Clinton