Desarrollo económico y paz
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El autor plantea la tesis que el problema de la insurgencia tiene relación con el modelo de desarrollo económico que está básicamente basado en dos premisas altamente cuestionables. Una es que desarrollo equivale a desarrollo económico. La otra, que un sistema económico basado en la competencia es el más adecuado a la naturaleza humana. El paradigma económico vigente está vinculado a las condiciones objetivas de la subersión, por las situaciones de pobreza, marginalidad y lucha de clases que origina, estimuladas por la comparación entre los que tienen algo y los que no tienen casi nada. Los medios de comunicación propios de una economía de mercado y la pérdida de importancia de valores que hacian ver la vida eterna como el bien supremo y el tiempo terrenal como una época de prueba, contribuyen en alto grado a relievar la importancia de lo económico en la situación de confrontación de clases que vivimos. Es posible que más que estar ante un problema económico, estemos ante un problema moral. La economía se ha convertido en un fin y no en un medio al servicio del bienestar del hombre, como debería ser. Los economistas no pueden seguir haciendo caso omiso de las consecuencias ética de sus decisiones, pues las tienen y afectan en materia grave el bienestar de gran parte de la población. Frente a este problema la represesión legal y militar no es solo inútil, si las condiciones persisten, sino que puede ser considerada injusta por aquellos que la sufren