Para las familias desplazadas de Tierralta, identificar las causas de su desplazamiento es algo que se hace mediado por un gran temor a mencionar nombres de grupos. Términos como "esa gente" o "usted ya sabe quienes", constituyen códigos que permiten comprender la gran invasión que el miedo a causado en la vida de estas personas y cómo se refleja en el lenguaje. Pero, además, la confusión de actores, delatores, personas que se pasan de un grupo a otro, constituyen factores que pesan en este señalamiento. La información sobre acciones, de acuerdo con la afirmación de los desplazados, es la siguiente: a) Conflictos entre grupos armados 21.5/100; b) Amenazas 11.8/100; c) Orden de desalojo 11.6/100. La posibilidad del retorno ante la falta de garantías en la región, dados los continuos atropellos, exigencias de contribución con vigilancia, cuotas económicas y porcentaje de cosechas, se hace cada vez más lejana. La certeza de que no hay paz sino que hay nuevos actores armados que imponen condiciones, hace que unas 300 familias hayan decidido quedarse en Tierralta y su número va en aumento, pues algunos de los que retornaron han vuelto a desplazarse y también han llegado familias de otros municipios del Urabá. Los proyectos económicos individuales y familiares, asentados en la explotación de la tierra y con unas mínimas condiciones de sobrevivencia, se han fracturado. Ahora, existe una alta dosis de incertidumbre frente a las posibilidades reales de retornar