A raíz del incremento en la acción humanitaria en el mundo, varios diplomáticos, políticos, académicos, defensores de derechos humanos, al igual que los mismos trabajadores humanitarios han convocado un amplio debate sobre los métodos, los efectos y los vacíos de este tipo de acción. En efecto, este debate continúa vigente y debe llevarse a cabo, no sólo en lo conceptual, sino también con base en realidades concretas, como la colombiana. El debate debería buscar no solamente sobrepasar el ambiguo objetivo de no provocar efectos perjudiciales, sino también apuntalar la definición de objetivos complementarios que busquen tener un impacto real sobre las condiciones de vida de las personas afectadas por conflictos y sobre las condiciones que generan las crisis humanitarias. La intervención humanitaria es vista como una necesidad. En general es muy dificil para cualquier gobierno negar el acceso a las víctimas, cuando su sufrimiento y la necesidad de "hacer algo" son aparentes. Hoy día el elemento clásico de la definición de intervención relacionado con el no consentimiento por parte del gobierno concernido es casi inoperante