En las dos últimas décadas la población colombiana ha observado un incremento en la esperanza de vida, que se explica fundamentalmente por la reducción en los riesgos de morir por enfermedades infecciosas y parasitarias en los menores de 5 años, la reducción en la mortalidad materna y una discreta reducción en las lesiones accidentales. Esta ganancia se expresa básicamente en el sexo femenino, de modo que, entre 1985 y 1995, la diferencia entre géneros de la esperanza de vida se incrementó de 5.32 años a 7.82 en 1995. Dicha diferencia se explica fundamentalmente por la sobremortalidad por causa violenta registrada en adultos jóvenes de sexo masculino, la cual presentó su valor más alto entre 1992 y 1993. Desde 1994 la mortalidad por causa violenta en Colombia ha comenzado a descender, siendo 1998 el año que registró la tasa más baja (87.1 muertes por 10 habitantes). En 1999 este riesgo aumentó a 88.8 por cien mil, incremento que representa 1.027 muertes más que las observadas el año anterior, y que expresan fundamentalmente un mayor número de homicidios y otros accidentes con respecto al año anterior. Entre 1996 y 1999 murieron en Colombia 148.316 personas de forma violenta, lo que representa un promedio de 100 muertes diarias por esta causa. Casi dos terceras partes de estas muertes corresponden a homicidios 64/100, los accidentes de tránsito representan el 20/100, otros accidentes 10/100, 5/100 corresponde a suicidios y 1/100 a violencia indeterminada