Colombia sufre una profunda crisis social, política y económica, que genera condiciones en extremo desfavorables para un tratamiento adecuado del problema integral de la violencia y la criminalidad. La guerrilla registra un notorio incremento en número de frentes, cobertura territorial y concentración de recursos de todo orden. Lo anterior se debe a factores tales como, el creciente poder económico derivado de su intervención sobre las actividades del narcotráfico, la industrialización del secuestro, el incremento de ganancias por el cobro de impuestos de guerra a ganaderos, agricultores y comerciantes, el decaimiento del sector agropecuario, el desempleo y la pérdida de ligitimidad del Estado como consecuencia de la corrupción, entre otros. La guerrilla en Cundinarmaca, particularmente las FARC, ha crecido debido al proceso de "urbanización del conflicto", especialmente en municipios cercanos a Bogotá. A mediados de los ochenta, influyó la llegada de dineros del narcotráfico, especialmente en las provincias de Rionegro y Guavio