La población es la base fundamental para el desarrollo de cualquier país y es un recurso estratégico que permite motorizar el desarrollo de las naciones a partir de sus energías sociales y productivas. El abordaje de la población como capital humano que contribuye al desarrollo y la población que afecta a amplios sectores de la población nacional, en especial a los habitantes del área rural, son los grandes desafíos que debemos todavía enfrentar. Desde este punto de vista sociodemográfico, esta pobreza se manifiesta en marcadas desigualdades al interior de la sociadad boliviana, que se expresan en elevados índices de morbimortalidad, especialmente infantil y materna, en altos niveles de fecundidad, en los movimientos migratorios campo-ciudad