En el Congreso Internacional para el control de los desórdenes por deficiencia de Yodo (DDY), efectuado en Quito (1991), los representantes de Colombia se comprometieron a realizar las acciones pertinentes para obtener información actualizada referente a la situación de lo DDY en la pobación colombiana y a la conformación de un comité nacional encargado de asesorar al gobierno en la identificación de políticas y estrategias orientadas al control de los DDY para garantizar la calidad de la sal para consumo humano. En cumplimiento a estos propósitos, el Ministerio de Salud, mediante la resolución No. 006568 de agosto de 1992, conformó el Comité Nacional Interinstitucional para la Vigilancia Epidemiológica de los DDY, la fluorosis dental y el control de la sal para el consumo humano. Así mismo, constituyó un grupo de trabajo interinstitucional con el propósito de estructurar y presentar un protocolo de investigación para evaluar la prevalencia de los DDY, el cual fua aprobado a finales de 1993 y ejecutado entre 1994 y 1998. Los resultados se presentan a continuación. Se examinaron 19.530 niños para establecer el tamaño de la glándula tiroides, 7.363 para la excreción de yodo en la orina y 1498 hogares para el análisis del contenido de yodo en la sal, y se entrevistaron 4.781 personas en 2970 hogares para la encuesta de conocimientos, actitudes y prácticas sobre el bocio y el consumo de sal yodada. Se encontró bocio grado I en el 6.5 por ciento de los niños examinados. Por regiones, las prevalencias más altas se presentaron en Santander y Norte de Santander, 20,6 por ciento; Tolima, Huila y Caquetá, 16,7 por ciento; Bogotá, 11,2 por ciento; Quindío, Risaralda y Caldas, 8.1 por ciento; Litoral Pacífico (Quibdó, Buenaventura y Tumaco), 6,2 por ciento, y Antioquia, 5,3 por ciento. Los criterios epidemiológicos para clasificar la severidad de los DDY, según la prevalencia de bocio, son: de 5 a 19,9 por ciento, leve; de 20 a 29,9 por ciento, moderada y 30,0 por ciento y más, severo. Los resultados obtenidos en la excreción de yodo en la orina mostraron que el 93,6 por ciento de las yodurias estaban por encima de 10µgl/dl. Los valores mayores de 20µgl/dl no se discrimaron puntualmente, hecho que no permitió construir distribuciones de frecuencia...