Rostros de la Medicina en Guayana (siglo XX)
Publication year: 2004
El escuchar el tierno mensaje de mi padre con su voz pausada y candenciosa, que ocasionalmente me recordaba al dormirme que yo tenía dos tíos médicos: uno en Caracas y otro en Francia, y al asitir a una clase en la escuela primaria, del cura Marcelino en la cual infló los pulmones de un consejo recién sacrificado, ambas percepciones: insinuación paterna y clase, me indujeron a ser Médico. estos estímulos desencadenaron procesos neurofisiológicos que culminaron, merced a la actividad cerebral, la configuración de un mundo de cosas sensibles, perceptibles, comprensibles y pensables, gracias a mi aguda mirada propia de a edad. Los estímulos continuaron cuando me trasladaba a la escuela de los curas y posteriormente al Liceo Peñalver, al ver los bustos de los filósofos griegos, al escuchar leyendas de la vieja Universidad de Guayana, narraciones de las muertes de Agosto Méndez, Félix R. Páez, de Vargas Pizarro y de Manuel Felipe Flores. El haber sido alumno del bachiller Ramón Antonio Pérez, hijo del Colegio Federal de Varones