Interculturalidad en Salud. Experiencias y aportes para el fortalecimiento de los servicios de salud

Publication year: 2014

Este es un libro extraordinario. Nos enseña muchas cosas que la gran mayoría de los lectores no conocen. Pero más allá de eso, nos provoca profundas rupturas en nuestra manera de entender situaciones tan cotidianas como la salud. Todo ello con la finalidad de mejorar las condiciones de vida y bienestar de toda la población, pero de manera muy particular, de la población que tradicionalmente ha estado abandonada o maltratada por los sistemas nacionales de salud, es decir, la población indígena. Es un libro que recoge propuestas ya realizadas por los autores de política pública en materia de salud y que genera nuevas y más profundas propuestas ante necesidades de modificación de la política pública en salud manifiestas en la todavía desigual vigencia del derecho humano fundamental a la salud en nuestro país. El libro nos enseña muchas cosas que desconocíamos. Tiene un extraordinario tratado sobre la integral comprensión del binomio salud-enfermedad desde la cosmovisión indígena mesoamericana. Queda evidente su diferencia respecto del paradigma occidental de salud. Pero también es evidente su coherencia, su integralidad, su capacidad explicativa, y su eficacia real. Especialmente enriquecedora es la explicación de la función de las parteras, su visión sobre la persona, su accionar solidario y comprometido, pero a la vez profesional, y sus conocimientos ancestrales sobre el parto incluso más adecuados y centrados que los occidentales, sobre todo en lo que respecta a la posición para parir. Es completa y fundamentada su explicación de las cosmovisiones que rigen algunos sistemas alternativos de procuración de la salud, notablemente las orientales. En este caso también queda clara la integralidad coherente de maneras totalmente distintas de entender la salud. Y nos resulta evidente lo diferente, y por lo mismo, lo rico de sus enseñanza, la capacidad de relativizar nuestras certezas y de provocar nuestra capacidad de asombro. Para los lectores no médicos, el relato que hace de la historia de los paradigmas en la medicina occidental es especialmente rica, por lo sintético, por lo claro, por lo explicativo más que descriptivo, y porque nos lleva a comprender que las verdades son históricas, que se van modificando con el tiempo, o que coexisten, sobre todo en épocas actuales, de acuerdo con posturas sobre la sociedad y el futuro. Nos provoca rupturas importantísimas. Entendemos con la lectura de este libro que salud no es la ausencia de enfermedad. Por el contrario, la salud es un estado integral en el que intervienen las emociones, la cultura, el ambiente, la sociedad. Comprendemos también que la salud es un derecho, y su procuración una obligación del estado, y no una graciosa concesión. La lectura de este libro nos lleva a darnos cuenta de que la concepción occidental de la salud, con su paradigma del cuerpo y de la enfermedad, ha tenido grandes logros, pero también, y respecto de las grandes mayorías en el mundo, ha dejado grandes deudas que ahora se están extendiendo a las poblaciones incluso privilegiadas y de primer mundo. Vemos a través de la presentación de otros sistemas de salud – entendiendo por sistema la comprensión global desde las cosmovisiones – que éstos son mucho más antiguos, estables, probados, que el nuestro. Finalmente, el libro nos convence que la salud, como la ciencia, es relativa, cambia con el tiempo, con la geografía, y con la ideología. Lo peor que podemos hacer es cerrarnos a una sola manera de analizar el fenómeno; reconocer que existen varias, y abrirnos a conocerlas y tratarlas de entender, nos enriquece. Este libro nos muestra que sí es posible proponer políticas públicas muy distintas de atención a la salud a las que ya existen, sobre todo con poblaciones indígenas.

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